Mal. Esa es la respuesta que le sale a uno casi automáticamente cuando se enfrenta al tema de Educación dentro del territorio español. ¿Que cómo está? Pues mal, claro. ¿No hemos oído hablar de fracaso escolar, absentismo o falta de respeto y motivación por parte de los alumnos? Una encuesta realizada a adultos españoles preguntando por la opinión que tienen de los adolescentes revela que se les relaciona con nocturnidad, promiscuidad y drogodependencia, así como con problemas de conducta y malas relaciones familiares.
Lidiando con este tipo de "personajes", es completamente comprensible que el Sistema Educativo esté fallando. Comprensible la desesperación del profesorado, y también de los padres. Comprensible el bajo nivel educativo de los alumnos. Es más, para que quede suficientemente claro, qué mejor que comprobar los resultados obtenidos en el informe PISA de 2015.
Vaya. Los resultados obtenidos revelan que, al menos en Castilla y León, la opinión pública está completamente equivocada. Los datos muestran que esta comunidad autónoma se equipara a Finlandia en Comprensión Lectora y supera a Alemania en Competencia en Matemáticas y a Corea del Sur en Ciencias. Además, también refleja la brecha que existe entre el norte y el sur de España. ¿A qué pueden atribuirse estas diferencias? ¿Por qué es tan potente el modelo de Castilla y León? Según el siguiente artículo de El Mundo y el Portal Web Magnet Xataka, hay cinco puntos que se pueden tener en cuenta:
1. Padres concienciados, con tradición agrícola y ganadera, que continúan entendiendo la escuela como institución necesaria para que sus hijos se labren un mejor futuro.
2. Mayor exigencia con el profesorado, al que se somete a un control más estricto que en otras comunidades autónomas. Incluso se considera que la exigencia del tribunal de oposiciones es superior tal como explica Fernando Rey, consejero de Educación de Castilla y León.
3. Una comundidad educativa que trabaja en una misma dirección con fomento del diálogo en el ámbito escolar, de acuerdo con Francisco Michavila, director de la cátedra Unesco de Gestión y Política Universitaria de la Universidad Politécnica de Madrid.
4. Ratios bajos en las zonas rurales, que mantienen escuelas abiertas con un número de alumnos bastante inferior a la media española.
5. Medidas concretas a los problemas, como apertura de algunos colegios los sábados de julio para dar clases de refuerzo de Lengua y Matemáticas, o empleo de profesores en paro para dar clases particulares y así mejorar la comprensión lectora del alumno.
¿Son estos puntos realmente determinantes? ¿Se pueden considerar otros, como el contenido curricular o diferencias en el profesorado? ¿Es el nivel de exigencia adecuado? Lo único claro es que es un error culpar sólo al alumnado; el adolescente es, por lo general, producto del fracaso de muchos adultos.
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