lunes, 23 de septiembre de 2019

LO PRIMERO ES PRESENTARSE


¡Buenas! Me llamo Sarai (con i, por favor) y soy recién egresada del Grado en Química y actual estudiante del Máster en profesor de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional... (y etc, etc, etc). Nací, he crecido y vivo actualmente en Cuéllar, villa medieval con simpáticas gentes que sin duda merece la pena visitar. (Aquí, fomentando el turismo). 

Hace varios veranos, meditaba con unos amigos sobre cómo las personas y las relaciones que se establecen entre ellas pueden marcarnos significativamente. Esta influencia puede ser positiva o tremendamente negativa, puede ser temporal o cambiar completamente el rumbo de la vida de un individuo. Analizando mi situación actual, y echando la vista atrás para ver cómo he llegado a ella, me doy cuenta de que entre las personas que más me han marcado se encuentran varios de mis profesores.  
Ya en la escuela primaria, tras una etapa confusa en que veía mi futuro ligado al mundo de la música, de la exploración espacial o de los viajes alrededor del mundo como parte de un grupo hippie, decidí que quería ser profesora. Mención especial a mi tutora del momento, Maricarmen, a la que guardo un enorme cariño y admiración. 

Después pasé al instituto. Voy a comentar, así un poco por fardar, que mi insti es un castillo. Lo que lleva a conversaciones como: 
- Hala, ¿como el de Harry Potter? 
- Pues más pequeño, pero con el mismo encanto. Y público además. 





El primer año de secundaria fue para mí la confirmación definitiva sobre a qué iba a dedicar mi futuro. Pude comprobar con total orgullo cómo, tras ayudar a una compañera a la que el profesor de geografía ya había dado por perdida, ella conseguía aprobar por primera vez un examen de la asignatura. "Con un poco de esfuerzo y dedicación por ambas partes, se puede" recuerdo que pensé, aún más contenta que si la nota hubiera sido mía. El paso por la ESO con gran cantidad de profesores motivados y motivadores me reafirmó todavía más (si cabe) a dedicarme a la docencia. 

Una vez completamente convencida de que iba a ser profesora de secundaria, tenía que decidir de qué. Y eso fue la decisión complicada. No sabiendo muy bien qué hacer, fui tirando por ciencias por aquello que decía el orientador de "si no lo tienes claro, tira por ciencias si puedes". Los dos años de bachillerato pasaron rápido y, sin comerlo ni beberlo, me encontré teniendo que decidir qué carrera hacer. Con dudas escogí Química como primera opción (digo dudas porque la segunda opción fue Matemáticas y la tercera Filología inglesa). Me decanté por Química porque los profes de bachillerato la habían hecho bastante interesante, y el contenido me llamaba mucho la atención. 

¡Menudo panorama me encontré el primer cuatrimestre en la universidad! (En serio, terrible). Las asignaturas eran especialmente raras, y no veía apenas relación con la química que había estudiado en bachillerato. Bastante desanimada, me planteé dejarlo. Pero algo cambió en febrero, justo antes de empezar el segundo cuatrimestre. Después de ver una obra de teatro en que participaba una amiga, me di cuenta de que lo estaba enfocando todo mal. Estaba tan centrada en que quería ser profesora que solo veía la carrera como un trámite un tanto desagradable que me obligaban a pasar durante cuatro años (con suerte, porque en ciencias nunca se sabe). Mi pasión era la docencia, no la química. Pero, ¿por qué no podían ser ambas?

El segundo cuatrimestre me lo tomé de una manera completamente diferente. (También ayudó el cambio de asignaturas y profesores, la verdad sea dicha). Ya que tenía que estar ahí, ¿por qué no aprovecharlo para aprender, crecer, conocer y relacionarme? Así descubrí y me sumergí completamente en el mundo de la química y en lo mucho que tiene para ofrecer. Porque, en realidad, todo es o tiene que ver con la química: desde los materiales de la ropa que nos viste hasta los medicamentos que nos sanan, pasando por dispositivos electrónicos, alimentos o cosméticos. El planeta en que vivimos está formado por átomos y moléculas que se encuentran en continua interacción. Y aún más: el ser humano no se puede entender completamente y en profundidad sin considerar la química. 




Así un poco por casualidad y con un cambio de actitud, acabé enamorándome de la química y de sus muchas maravillas. Y estoy, sin lugar a dudas, deseando poder transmitirlas a quien quiera escuchar (y a quien no, pues también). 

Esta es la historia de Sarai, profesora vocacional y química orgulloso. Un saludo.



PD: No, en la carrera no nos enseñan explícitamente a preparar bombas o sintetizar drogas, aunque con los conocimientos adquiridos sí que podríamos. No sé muy bien por qué, pero es la primera pregunta que hace todo el mundo cuando comento que he estudiado química. 

9 comentarios:

  1. Por favor enséñame a hacer bombas o a sintetizar drogas jajaja. Me encantó tu presentación y es que me encanta tu forma de ser (con tu manzana matutina) jajaja. Me encanta la pasión que le pones cuando hablas de química y es que ojala hubiese tenido una profesora de química tan simpática como tú, quizás no lo hubiese dejado en tercero de la eso. Sigue así. Un beso =)

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    1. Ay Dejanira, si yo te enseñaría. Pero la policía nos acabaría pillando, y somos jóvenes para acabar en la cárcel. Muchas gracias por tu comentario!!

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  2. Buenas Sarai!!! Te escribo porque esta "carta" te llegará en lechuza ya que has estudiado en Hogwarts.
    Bueno, por eso y porque a veces te leo, por aquello de inspirarme que escribes muy bien, me encanta sentarme detrás de los químicos porque siempre me gustó la química, la orgánica más, para que nos vamos a engañar, cosas de la gente que estudia la vida.
    Nada más , que vas a ser una profe como la copa de un pino, un beso!

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    1. Muchas gracias!! No es que yo haya visto muchas lechuzas últimamente por aquí... Pero me mantendré vigilante por si acaso jajaja.

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  3. Me encanta el fondo que tienes puesto en el blog, con los elementos químicos. Pero bueno, más que nada decir que me parece admirable el cambio de enfoque que tuviste con respecto a la carrera de química, que desde una perspectiva externa, parece hazaña hercúlea.

    Si pudiste hacer eso, probablemente puedes hacer todo lo que te propongas. ¡A por ello!

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    1. Qué precioso te ha quedado lo de hazaña hercúlea, por favor. Muchas gracias por el ánimo!

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  4. Jo Sarai, yo te envidio jajaj me voy a ir a vivir a Cuéllar solo para dar clase en ese instituto que seguro está lleno de historia.

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    1. Anda, y yo pensaba que no tendría mucha competencia para conseguir plazas de física y química en Cuéllar. Que oye, cuando queráis se monta una excursión y todos a hacer turismo jajaja

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  5. Hola Sarai que sepas que yo te envidio no solo por tu instituto, si no por vivir en Cuéllar, viva Segovia y cada una de sus piedras!! Por cierto, esto no ha hecho nada más que empezar

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